lunes, 26 de marzo de 2012

Esa idea

La idea constante que nos aqueja; que nos condiciona como seres racionales; que nos permite desarrollar capacidades mentales superiores a las predeterminadas; que nos acongoja; que nos hace pensar por horas y que supera los dilemas sensoriales; que nos arrebata; que causa en nosotros un asco repentino; que nos despierta de pesadillas o sueños; que nos intranquiliza; que monopoliza nuestro cerebro; que nos daña y nos purifica; que nos pervierte y nos hace estatuas; que forma parte de nuestra vida cotidiana; que es inexplicable y perpetua; que nos acompaña desde la luz a la muerte o demencia; que ha nacido con el hombre, con el que recorre paralelamente el universo sin tocarse.

La idea mortal como el veneno, para el ingenuo ignorante y atrevido, sugiere siempre deducciones del pasado que buscan poner fin a la idea, cuando el hombre reclama su presencia para poder justificar su existencia.

Esa idea, que se encuentra por dentro y por fuera, que se manifiesta de manera descarada, que observamos en este momento, pero nos negamos a entender.

Cada pensamiento, origina que el mundo se detenga a analizar.

En los sueños encontrarás que no importa la verdad. La verdad camina a un lado de ti sin levantar sospecha, sin intención de dañar.

La existencia es una loza.

La vida es el reflejo de lo que piensas y tus actos la voluntad de alguien superior.

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