domingo, 4 de marzo de 2012

Ser humano es lo máximo (en círculos y para siempre)

Ya se acerca la hora de saber el fin que tuvimos en el mundo.

Ya llega la hora de entender que todo es nuestro.

La época de oscuridad acaba y la luz llega a cada rincón y el loco,  el culto y  el ignorante jamás tuvieron razón.

La noche se acerca pero con una luminosidad cargada de vida y respuestas y el hombre pierde su razón de ser.

La gran farsa revelada, la gran mentira que nos dio vida y se desnuda para que todos veamos y razonemos con claridad.

Los límites se rompen y las palabras significan nada en este terreno circular.

No nos resignamos pues no hay nada de qué hacerlo, lo aceptamos con la muy humana felicidad.

Ya lo entendimos y nos fuimos pero debemos dejar testamento de lo hecho.

El eterno retorno no nos frustra porque no coincide con nada de lo aprendido y divulgado.

No hay verdad absoluta, ni siquiera esta.

Entendemos mejor a los profetas que nos decían, de la manera que debían, en el momento que debían, sacrificando su vida, como todos los demás, para éste fin que se apetece repetible y eterno.

Y es que siempre vivimos en el principio y en el fin, del espacio y del tiempo, de la verdad y la mentira.

Ya es demasiado humano hablar en este tono, ya es demasiado terrenal, cercano e inexacto seguir así.

Y no hay nada, ni hay nadie que pueda percibir esta nada, ni hay lo más y lo menos.

Sólo se puede estar agradecido por haber dejado de ser.

Aún recuerdo aquel tiempo en el que pensé que todo esto era posible.

Las cosas son visibles e identificables.

La locura te acercó aquí,  te vomita al segundo y te mantiene.

Ya lo entendí todo y es que no hay nada que entender.

Lo ordinario es lo máximo, lo banal es único, los valores fantásticos y las murallas que construye y destruye la razón, irremplazables.

Aún puedo recordar esos sentimientos que parecían tan reales… eran reales.

Era un valor y aquí no existe nada.

Había algo ahí que tenía que ser así, y ahora tiene que ser de nuevo, porque estoy solo.

Reviviré la farsa porque es necesario cumplir con el ciclo y todo tendrá que ser de esta manera… como un ser viviente, como el microorganismo que evolucionó, como la idea que brotó y que ahora se materializa.

Seré yo quien comience esta era y seré yo su actor, mi cuerpo y mi voz.

Que el universo se haga en mí, con mi conocimiento y mi poder, crearé la materia y seré todo y estaré ahí, hasta ese día en el que pueda entender de nuevo.

Es la razón de todo. Es el valor de la mentira.

Y todo será como debe de ser, tan natural y sencillo como no se puede describir.

Ahora empieza. Tiene que ser así. Lo será por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario